Cuando el paso de los días casi obliga a olvidar la alegría de San Roque’85, de nuevo, la proximidad de las fiestas se ocupa de renovar el entusiasmo.

Tal entusiasmo, en mí, tiene un valor más profundo y especial. No solamente recuerdo y me atrae el jolgorio de las charangas y el bullicio de las peñas, vienen a mi memoria mis primeras andanzas como peñista; apenas una veintena de amigos, nuestros sentido del humor y el placer, un poco morboso, de saber que aquella  “movida” (como llamaríamos hoy) no estaba ni apoyada ni siquiera bien vista. Sencillo poso que formo la solera de mi espíritu “sanroquero”.

Pero no solo fueron buenos los tiempos pasados, precisamente este año poca gente sabe la gran satisfacción que me produce el haber tenido el honor de ser nombrada “peñista del año”. Lo considero un galardón que premia tantos años de esfuerzo, ilusión y fidelidad para con las peñas.

Nada me resta sino expresar mi más sincero agradecimiento y animar a todo bilbilitano y forastero que se encuentre en Calatayud en estas esperadas fechas, a que salte, vibre y transmita su ilusión, para que estas fiestas de San Roque sean, las mejores de España ya lo son, unos días mágicos que queden grabados en nuestra memoria

María Mercedes Martinez de Castro